El centro de pruebas cuenta con cámaras climáticas que miden la sensación térmica de las prendas a temperaturas que oscilan entre los -40ºC y los 40ºC. Para ello existen maniquíes que sudan y transpiran como un ser humano y aportan las primeras conclusiones. Lo mismo ocurre con una mochila estéticamente perfecta pero incómoda o unas deportivas de última generación que no se adaptan bien al pie.